Muchos malos olores del aire acondicionado se originan en las partículas retenidas en los filtros y son consecuencia de la acción de los microorganismos sobre ellas (descomposición microbiana).

La suciedad de los filtros también acoge ácaros, diminutos arácnidos que viven en el polvo y provocan reacciones alérgicas, que son lanzados al aire cuando el aire acondicionado se pone en marcha.

En otras ocasiones, los filtros se saturan de humos, olores de cocina, aceite, laca para el pelo, etc.

Estas sustancias obstruyen el normal funcionamiento del equipo, formando una película que dificulta el paso del aire y reduce el caudal de salida.

Por ello es recomendable realizar un mantenimiento periódico de los filtros dos veces al año, al principio de la primavera y del otoño. En primer lugar, limpiándolos para desprender la suciedad y luego tratándolos con los productos adecuados para evitar ácaros y malos olores (humedad, aire viciado ...)

Un profesional de climatización puede llevar a cabo fácilmente este mantenimiento, y en caso de no poder contar con ese servicio profesional, este kit purificador permite llevarlo a cabo.